La flora intestinal es un ecosistema; un conjunto de microorganismos o bacterias que viven en nuestro intestino.
¿Cuáles son las funciones que la flora intestinal desempeña?
Las bacterias de la flora intestinal realizan tareas esenciales en nuestro organismo. En concreto, de tres tipos:
- Nutricional: ayuda en la síntesis de compuestos como las vitaminas, entre ellas las del grupo B y la vitamina K; favorece la absorción de calcio y hierro en el colon, y facilita el movimiento intestinal.
- Protectora: la microbiota evita la implantación de bacterias patógenas externas que puedan provocar infecciones.
- Inmunológica: este conjunto de bacterias activa y fortalece el sistema inmune, incrementando nuestras defensas frente a las infecciones bacterianas y víricas.
En conclusión, la flora intestinal defiende al organismo frente a bacterias, virus o enfermedades, asegura el correcto funcionamiento de nuestro sistema digestivo y colabora en la absorción de ciertas vitaminas y la correcta asimilación de minerales.
En la última década, las investigaciones realizadas han demostrado que la flora intestinal actúa como un órgano más del cuerpo humano, teniendo funciones propias, como: regular el sistema inmunitario, relacionarse con el resto de órganos de nuestro organismo, etc.
El cuerpo humano tiene 100 billones de microorganismos en el aparato digestivo, entre las predominantes son las “bacterias buenas” como lactobacillus o lactobacilos y bifidobacterium o bifidobacterias (más de 85%).
Las bacterias de nuestra flora intestinal en número, son 10 veces mayor que el número de nuestras células del cuerpo. Aproximadamente el 95% de estas bacterias, viven en el colon, según estudios.
Colon – Funciones
El colón es la parte más larga del intestino grueso y entre sus funciones se incluye: la absorción de líquidos y los electrolitos (sales minerales presentes en el organismo humano), la asimilación de triglicéridos de cadena media y la producción de ácidos grasos de cadena corta, como fuente de energía para las células que se encuentran en el colon.
El colon acoge la parte más importante de la flora intestinal, que desempeña un importante rol en la función y la salud intestinal. (J Pediatr Gastroenterol Nutr. Abr 2009; 48 Suppl 2: S66-71.)
Además de que, es el responsable de la reabsorción del agua de los compuestos de desecho, de la expulsión de las heces o restos de la digestión, de la absorción de los electrolitos, también de la absorción de ciertas vitaminas, como la vitamina K, la biotina y vitaminas del grupo B; sales minerales que pueden ser reutilizados, principalmente sodio y potasio, además de magnesio y cloruros, y el ácido pantoténico sintetizados bacterianamente en el intestino grueso.
En el intestino grueso, los restos de alimentos que no han sido digeridos ocasionan un proceso de fermentación por las bacterias presentes en él, causando la producción de gases.
Si hablamos de los gases fétidos, son la consecuencia de las reacciones químicas tóxicas de descomposición que causan las bacterias “malas” como el bacilus coli, en el colon o intestino grueso, al actuar sobre las proteínas no digeridas (por ejemplo, de la carne), que, como resultado, genera un grado de putrefacción, que con el tiempo causa enfermedades.
Para limpiar el colon hay personas que optan por laxantes de hierbas y para prevenir que las heces permanezcan atrapadas nuevamente, según expertos. Se recomienda y se debería tomar entre 1.5L y 2L diarios de agua, además de ingerir una cantidad apropiada de frutas y vegetales.
De este modo, el organismo puede conservarse en un estado de hidratación adecuado.
El colón es una parte muy importante del sistema digestivo humano.
El agua es el mejor aliado para mantener un buen funcionamiento intestinal. Al tomar agua, se estimula el tránsito de los desechos por los intestinos, impide que se produzca estreñimiento y las heces se sequen en el interior del colon.
Además, el agua del grifo contiene flúor, un elemento que es tóxico y un disruptor endocrino; en términos más sencillos bloquea la glándula tiroides.
Otro elemento muy común que se encuentra en el agua del grifo es el cloro. Ambos, el cloro y el flúor inhibe la absorción del iodo, según expertos endocrinos.
También, como bien sabemos el iodo es el componente más importante de las hormonas tiroideas que debe estar presente en la tiroides para que pueda funcionar de manera adecuada.
Por lo tanto, es aconsejable, filtrar el agua si se quiere consumir el agua del grifo.
¿Cómo sabemos que la microbiota intestinal o flora intestinal está dañada?
Los síntomas más comunes son: gases fétidos, mala digestión, hinchazón abdominal diarreas frecuentes, eructos, excesiva flatulencia, retorcijones, estreñimiento, heces con olor muy desagradable, cólicos intestinales, etc.
Si las funciones del colon se ven afectadas pueden ocurrir una serie de afecciones, que pueden generar enfermedades muy graves, como, cuando la permeabilidad intestinal se ve perjudicada, el sistema inmunológico se sobrecarga y provoca reacciones inmunes indeseadas que, con el tiempo pueden ocasionar la pérdida parcial o total de la permeabilidad intestinal y conllevar a consecuencias realmente nefastas para la salud humana.
Como ya lo he mencionado, los nutrientes de los alimentos una vez absorbidos son transportados por la sangre hasta las células, donde se preparan para ser utilizados o almacenados.
Los especialistas en la materia afirman que, entre el 70-80 % del sistema inmunitario o sistema de defensa del cuerpo, depende de un colón saludable que nos defiende contra organismos infecciosos, toxinas y otros agentes invasores, y recalcan la importancia de mantenerlo limpio para prevenir enfermedades.
Es interesante en saber que, la función principal del colón o intestino grueso es eliminar el exceso de agua de la materia fecal o heces de los compuestos alimenticios que llegan desde el intestino delgado.
Si los compuestos alimenticios, pasan a través del colón demasiado rápido para que se absorba el agua, puede causar diarrea, y si, la materia fecal pasa demasiado lento, se absorbe agua en exceso, que puede producir heces duras y secas, con la consiguiente necesidad de esforzarse para evacuar.
Hipócrates dijo: "Todas las enfermedades comienzan en el intestino."
Si lo pensamos bien, esta frase también es veraz hoy en día, incluso en personas con hipotiroidismo y tiroiditis de Hashimoto.
Para apoyar el hipotiroidismo o una enfermedad tiroidea autoinmune, debes de atender con seriedad tu salud digestiva.
El estrés debilita las barreras del sistema inmunitario. Se debe tener en cuenta de que todo nuestro sistema inmunológico depende de la salud intestinal. Hay que prestar mayor atención a esta información.
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